Fueron 675 días de angustia, de noches sin descanso, de un duelo atravesado por la impotencia y la espera.

Pero este martes, el tiempo se detuvo para la familia de Facundo Rogelio Lorenzo (30), asesinado en un crimen a sangre fría en el partido de Moreno: finalmente, el último prófugo cayó en manos de la Justicia.

Se trata de Nicolás Maximiliano Fioriti, un ex patovica con un frondoso prontuario, capturado en el barrio porteño de Palermo tras una intensa búsqueda de casi dos años.

“Pensábamos que no iba a caer… No se me cruza nada más por la cabeza que saber que mi hermano puede descansar en paz.

Falta el juicio el próximo año”, expresó Juan Manuel Lorenzo, hermano de la víctima, en declaraciones a la prensa. Su lucha incansable por justicia fue clave para mantener viva la investigación.

El crimen ocurrió la noche del 13 de mayo de 2023. Facundo Lorenzo llegaba a su casa en Moreno a bordo de su camioneta Volkswagen Amarok cuando fue interceptado por dos hombres.

Uno de ellos, Emanuel Aquino, su supuesto amigo, le disparó a quemarropa en el cuello, terminando con su vida en el acto.

Su cómplice, Fioriti, proporcionó el arma y colaboró en la ejecución. La brutal escena quedó registrada por cámaras de seguridad y se replicó en todos los medios.

Aquel episodio, que conmocionó a la comunidad, estuvo marcado por un trasfondo de celos y resentimientos.

El fiscal Federico Soñora, a cargo de la investigación en la UFI N°4 de Moreno-General Rodríguez, no cesó en su búsqueda del segundo implicado. Fioriti logró evadir a las autoridades durante casi dos años, ocultándose en distintos puntos del país.

Sin embargo, su captura se produjo este martes en Palermo. Efectivos de la Policía Federal realizaron un allanamiento en la calle Gurruchaga, pero no lo encontraron de inmediato.

Decidieron esperar, y finalmente, Fioriti cayó en la trampa: al aparecer en la zona, fue detenido y esposado. Sobre él pesaba una recompensa de 5 millones de pesos para quien brindara información clave sobre su paradero.

El caso estuvo rodeado de una fuerte carga emocional. La relación entre la víctima y sus victimarios se había deteriorado por una disputa sentimental.

Aquino, quien se había interesado en una joven con la que Lorenzo tenía un vínculo, desató una discusión en un grupo de WhatsApp.

La pelea escaló hasta un encuentro en una estación de servicio Axion, donde Lorenzo acudió junto a varios amigos. Según consta en la causa, esa noche golpearon a Aquino y se retiraron, sin saber que ese episodio sellaría el destino de Facundo.

Apenas una hora y media después, Aquino y Fioriti lo esperaban en la puerta de su casa. Sin darle tiempo a reaccionar, el disparo letal acabó con su vida.

Fue su padre quien encontró el cuerpo sin vida en el vehículo. Aquino se entregó trece días después y quedó detenido, imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por el concurso premeditado de dos personas. Ahora, con Fioriti tras las rejas, ambos enfrentarán el juicio.

El caso Lorenzo expone no solo la violencia que puede nacer de los círculos más cercanos, sino también la importancia de la perseverancia en la búsqueda de justicia.

Con los dos responsables a la espera del juicio, la familia de Facundo puede finalmente encontrar algo de paz, aunque el dolor de su ausencia siga intacto.