En un nuevo despliegue de control y prevención, la Policía de la Ciudad labró 438 actas contravencionales durante el operativo de seguridad en el partido entre River Plate y Platense en el estadio Monumental.
Entre las infracciones más destacadas, se sancionó a 48 “trapitos” y se remitieron cinco micros que transportaban hinchas por graves irregularidades.
El objetivo es garantizar que el fútbol sea una fiesta segura, sin contravenciones ni delitos. El compromiso de nuestras fuerzas es clave para lograrlo, expresó un vocero de la Subsecretaría de Seguridad en Eventos Masivos y Deportivos.
El estadio Monumental fue nuevamente epicentro de una intensa jornada de control y fiscalización en las inmediaciones del partido que enfrentó a River Plate con Platense.
Con miles de hinchas movilizados y una convocatoria masiva, la Policía de la Ciudad desplegó un operativo de seguridad integral que incluyó el control de transporte, accesos, venta ambulante y conducta de los asistentes.
Como resultado de dicho operativo, se labraron 438 actas contravencionales, un número que revela la magnitud del trabajo preventivo realizado por las fuerzas de seguridad porteñas.
El accionar fue coordinado por la Subsecretaría de Seguridad en Eventos Masivos y Deportivos, dependiente del Ministerio de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Uno de los puntos que más se destaca en el informe policial es la actuación sobre los conocidos «trapitos», personas que cobran dinero por el cuidado de vehículos estacionados en la vía pública.
Durante el operativo, se identificó y sancionó a 48 personas por esta actividad ilegal: 45 en el tercer anillo perimetral del estadio —la zona más extensa y alejada— y 3 dentro del segundo anillo, más cercano al ingreso.
En paralelo, también se inspeccionaron los transportes que trasladaban a los hinchas. Se revisaron 18 micros por parte de la Policía de la Ciudad en conjunto con agentes de tránsito, y cinco de ellos fueron remitidos por irregularidades como falta de habilitación, ausencia de registro, documentación vencida y, en un caso, obstaculización de la patente, lo que podría estar relacionado con intentos de evitar controles.
Pero las faltas no se limitaron a trapitos o transportes irregulares. El operativo también arrojó un panorama más amplio de contravenciones dentro y fuera del estadio: se detectaron intentos de ingreso sin entrada válida, violaciones al derecho de admisión, suciedad en la vía pública, uso indebido del espacio público, comercialización de bebidas alcohólicas, y conductas que incitaban al desorden.
Incluso se registró un caso de tenencia de estupefacientes, que fue derivado a la Unidad de Flagrancia Norte para su judicialización inmediata.
Estos controles forman parte del esquema de seguridad que la Ciudad viene implementando en eventos deportivos masivos, con el objetivo de evitar que se reproduzcan escenas de violencia, robos, disturbios o cualquier otro tipo de desorden que empañe la experiencia de los hinchas y vecinos.
En ese sentido, fuentes oficiales remarcaron la importancia del trabajo conjunto entre distintas áreas del Gobierno porteño: “Desde la seguridad hasta el tránsito, pasando por la fiscalización de vendedores y controles de alcoholemia, todo está articulado para que los operativos sean lo más efectivos posible”, señalaron.
El fenómeno de los «trapitos» no es nuevo. Si bien la Legislatura porteña ha debatido en varias oportunidades proyectos para endurecer las sanciones, la actividad persiste en los alrededores de canchas y recitales, aprovechando la alta demanda de estacionamiento.
En este caso, el accionar policial buscó enviar un mensaje claro: no se tolerará la extorsión informal a los automovilistas ni la ocupación ilegal del espacio público.
La actuación sobre los micros también marca una línea de trabajo que apunta a la trazabilidad y seguridad de los transportes de hinchas, muchas veces organizados de forma informal y sin garantías básicas. “No podemos permitir que miles de personas se trasladen en vehículos que no cumplen con las normas mínimas de circulación”, destacaron desde Seguridad.
El operativo se desarrolló sin incidentes graves, y permitió el ingreso ordenado al estadio, donde el partido se llevó adelante con normalidad y sin sobresaltos. De todos modos, las fuerzas continuaron desplegadas hasta la desconcentración total del público.
Desde la Policía de la Ciudad confirmaron que este tipo de despliegues se mantendrán en todos los encuentros de alta convocatoria, tanto en el Monumental como en otros estadios porteños.
El fútbol, como expresión popular, requiere de un marco de seguridad adecuado que garantice la integridad de jugadores, espectadores y vecinos.
