La Ciudad devolvió $10.000 millones a contribuyentes en 48 horas

En apenas meses, una herramienta digital cambió radicalmente la forma en que los porteños recuperan dinero de impuestos: la devolución exprés de Saldos a Favor (SAF) en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos ya permitió que más de 13.000 contribuyentes recibieran en sus cuentas un total superior a los $10.000 millones, en plazos que no superan las 48 horas hábiles.

“Simplificar trámites no es sólo una meta de gestión: es un compromiso con los vecinos para que cada minuto que antes se perdía en burocracia se transforme en tiempo productivo”, remarcan desde la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP), el organismo que diseñó y puso en marcha este mecanismo.

La herramienta, 100% online, está disponible desde la “Cuenta Corriente Tributaria” en el sitio web oficial de AGIP (www.agip.gob.ar) y se gestiona ingresando con la Clave Ciudad.

Una vez dentro, el contribuyente selecciona “Operaciones” y luego “Devolución SAF”, completa un formulario, carga el CBU y, si no hay inconsistencias, en menos de 96 horas hábiles —en la mayoría de los casos, en apenas dos días— el reintegro se acredita directamente en la cuenta bancaria.

El monto promedio recuperado ronda los $785.000 por contribuyente, una cifra que marca la relevancia del beneficio.

Antes, el mismo trámite podía demandar hasta tres meses a través del sistema de Trámites a Distancia (TAD), con una mayor carga de documentación y validaciones.

El cambio no sólo acortó tiempos, sino que redujo costos administrativos, eliminó pasos presenciales y minimizó la posibilidad de errores en la carga de información.

Además, desde hace dos meses AGIP sumó una segunda funcionalidad clave: la Compensación de Saldos a Favor entre impuestos. Esta opción permite aplicar créditos generados por Ingresos Brutos para cancelar deudas de Inmobiliario/ABL o Patentes, también de manera autogestionada y 100% digital.

Con esto, se amplía la utilidad de los saldos acumulados y se evita que el contribuyente deba esperar una devolución para luego pagar otras obligaciones.

El impacto de estas medidas se mide tanto en números como en satisfacción ciudadana. Los datos oficiales confirman que, desde la implementación del sistema exprés, el 85% de las solicitudes se resuelven sin observaciones y dentro del plazo mínimo, mientras que el resto se demora sólo por ajustes en datos bancarios o inconsistencias detectadas automáticamente.

El volumen de reintegros procesados también ha crecido mes a mes, señal de que la herramienta gana confianza y notoriedad.

En primera persona, puedo decir que este cambio se siente como un respiro para quienes alguna vez lidiamos con procesos eternos y trámites que parecían diseñados para poner a prueba la paciencia.

Lo digital, cuando está bien hecho, no sólo ahorra tiempo: devuelve control y previsibilidad. Saber que un saldo a favor se puede transformar en dinero real en menos de una semana cambia la manera de planificar las finanzas de un comercio o de un profesional independiente.

AGIP no oculta que la digitalización de este y otros procedimientos es parte de una estrategia más amplia: incentivar la responsabilidad tributaria mediante la recompensa tangible del cumplimiento.

En otras palabras, pagar a término y declarar correctamente ahora tiene un beneficio directo y veloz. Y, al mismo tiempo, se optimizan los recursos del Estado, reduciendo la acumulación de saldos inactivos que antes quedaban “durmiendo” en las cuentas fiscales.

A nivel técnico, el sistema de devolución exprés funciona con validaciones automáticas que cruzan datos de declaraciones juradas, retenciones y pagos realizados, eliminando la intervención manual salvo en casos puntuales.

Esto no sólo agiliza el proceso, sino que aporta transparencia: cada paso queda registrado y es visible para el contribuyente desde su cuenta, incluyendo el estado de la solicitud y la fecha estimada de acreditación.

El desafío, claro, será mantener y ampliar esta eficiencia. La digitalización avanza rápido, pero la confianza ciudadana se gana con consistencia.

En la medida en que el sistema siga cumpliendo los plazos prometidos y mantenga la sencillez de uso, es probable que la devolución exprés se consolide como una de las herramientas más valoradas por los porteños en materia tributaria.

En definitiva, estamos ante un ejemplo concreto de cómo la tecnología, aplicada con criterio, puede transformar la relación entre el contribuyente y el Estado. No es un anuncio vacío ni una promesa de campaña: es un cambio tangible, medible y —sobre todo— replicable.

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