En el corazón de Palermo, una tranquila mañana se vio interrumpida por un episodio que podría haberse perdido entre el bullicio urbano: un hombre reconoció a la pareja que días antes le había robado el celular y, sin dudarlo, pidió ayuda a la Policía de la Ciudad.
La rápida respuesta de los efectivos culminó con la detención de los sospechosos, que intentaron huir pero no llegaron lejos.
«No podía creer que me los cruzara de nuevo, en el mismo lugar donde me robaron. Fue como si el destino me los pusiera enfrente», relató la víctima, todavía con cierta mezcla de sorpresa e indignación.
El hecho ocurrió en una dársena de colectivos ubicada en la intersección de la avenida Santa Fe y Humboldt, zona de alto tránsito y paso frecuente de pasajeros.
Allí, el denunciante se encontraba esperando la llegada de la línea 15, la misma en la que, el viernes 8 de agosto, había sido víctima del robo.
Según explicó, mientras viajaba, una pareja lo abordó en un momento de descuido y, sin que pudiera reaccionar, le sustrajo el teléfono móvil.
Cuando vio a la pareja nuevamente en el mismo punto, no dudó: llamó a los oficiales de la Comisaría Vecinal 14 B, quienes acudieron de inmediato.
La presencia policial alteró la calma aparente: el hombre y la mujer intentaron escapar, pero su intento fue frustrado a pocos metros. Fueron reducidos en el lugar, ante la mirada de testigos que no pudieron disimular su sorpresa por la escena.
Los detenidos son un hombre de 33 años y una mujer de 35, ambos domiciliados en el partido bonaerense de Florencio Varela.
Fuentes policiales indicaron que no sería la primera vez que son mencionados en causas por robos menores en transporte público, un delito que, aunque de menor escala en comparación con otros, genera una gran sensación de inseguridad entre los vecinos.
El caso quedó bajo la órbita del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 62, a cargo de la jueza Patricia Susana Guichandut, con intervención de la Secretaría N° 79 del Dr. Juan Pablo Petrecca.
La investigación busca determinar si la pareja está vinculada a otros hechos similares, ya que su modus operandi podría coincidir con denuncias previas en distintas líneas de colectivos que recorren la zona norte de la Ciudad.
En los últimos años, la modalidad delictiva de robos en colectivos ha mostrado un repunte, según datos del Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de Buenos Aires.
Las cifras reflejan que, si bien el transporte público sigue siendo seguro en la mayoría de los casos, los incidentes de hurto y robo sin violencia suelen darse en horarios pico y en recorridos con alto volumen de pasajeros. Palermo, por su combinación de zonas residenciales, comerciales y turísticas, no está exento de este fenómeno.
Los especialistas en seguridad señalan que este tipo de hechos muchas veces se comete en pareja o en grupos reducidos, donde uno distrae a la víctima mientras el otro comete el robo.
Luego, se produce un rápido descenso del transporte, lo que dificulta su persecución. Sin embargo, en este caso, la particularidad fue que los sospechosos volvieron a transitar por el mismo lugar, sin prever que el azar y la memoria de la víctima jugarían en su contra.
La Policía de la Ciudad destacó la importancia de la denuncia inmediata y la colaboración ciudadana. “En situaciones así, la rápida comunicación entre la víctima y las fuerzas de seguridad permite actuar con eficacia. No siempre se da la oportunidad de identificar a los autores, pero cuando sucede, es clave que la persona no dude en llamar”, remarcaron fuentes de la fuerza.
Este episodio también reaviva el debate sobre la necesidad de fortalecer la vigilancia en paradas de colectivos y puntos estratégicos de transporte público, con la instalación de cámaras de alta resolución y presencia policial visible.
Varios vecinos de Palermo manifestaron que, aunque se sienten relativamente seguros, han notado un aumento de personas merodeando en las inmediaciones de las dársenas de avenida Santa Fe, especialmente en horarios nocturnos.
Como periodista, no puedo dejar de pensar en lo frágil que puede ser esa sensación de seguridad que muchos vecinos dicen sentir.
Un robo de celular puede parecer un delito menor en las estadísticas, pero para quien lo vive, significa mucho más: vulneración, impotencia y un cambio en la forma de moverse por la ciudad.
La historia de este vecino de Palermo es, en parte, un golpe de suerte por haber encontrado a sus victimarios, pero también una advertencia de que la delincuencia en el transporte público sigue latente.
Al final del día, la pareja fue trasladada a la dependencia policial correspondiente, y la causa seguirá su curso judicial.
Para la víctima, en cambio, quedó una mezcla de alivio y desconfianza: alivio por recuperar la sensación de justicia, aunque el teléfono ya no aparezca; desconfianza, porque sabe que este tipo de hechos podría repetirse en cualquier momento, para él o para otro pasajero.