El Museo de Arte Español Enrique Larreta abre sus puertas este jueves 24 de abril con una doble propuesta que invita a mirar el pasado desde una perspectiva actual: dos exposiciones que entrelazan arte contemporáneo, patrimonio histórico y reflexión cultural se suman al recorrido de uno de los espacios más emblemáticos de Buenos Aires.
Queremos que el público se sorprenda, que descubra cómo el arte dialoga con la historia y cómo el patrimonio puede resignificarse desde lo contemporáneo, expresaron las curadoras Silvina Amighini y Patricia Nobilia, quienes junto a la historiadora del arte Marta Penhos, proponen un recorrido cargado de sentidos y tensiones entre lo antiguo y lo nuevo.
La sede del Museo Larreta, en el corazón del barrio de Belgrano (Av. Juramento 2291), será escenario este jueves a las 18 h de la inauguración de dos exposiciones que revalorizan el acervo del museo y lo enlazan con expresiones artísticas actuales.
Por un lado, “Fragmentos e historias. Nicolás Rodríguez y la colección de azulejos del Museo Larreta” establece un vínculo visual, técnico y simbólico entre las piezas del artista mendocino y la colección de azulejos hispano-islámicos del museo.
Por el otro, “Intervenciones mínimas IV” propone una experiencia más sutil, casi silenciosa, en la que tres artistas contemporáneas dialogan con las salas del museo a través de intervenciones que estimulan la percepción y el vínculo con la memoria.
En “Fragmentos e historias”, Nicolás Rodríguez despliega una serie de azulejos moldeados artesanalmente con técnica de adobe, un método constructivo ancestral utilizado por civilizaciones precolombinas en América.
Este enfoque, lejos de limitarse a lo estético, busca poner en evidencia las complejidades del legado colonial y la hibridez cultural.
“El adobe, en su fragilidad, guarda la resistencia de la tierra. Al usarlo para hacer azulejos, estoy fusionando dos mundos: el precolonial americano y el decorativo europeo”, explica el artista.
Esta instalación se ve potenciada por el diálogo con la colección patrimonial del museo, compuesta por azulejos españoles de los siglos XV al XX. La tradición del azulejo en la península ibérica, heredada de la cultura islámica, alcanzó su esplendor en el siglo XVI.
Con sus patrones geométricos y colores vívidos, estos revestimientos fueron símbolo de lujo y sofisticación.
En el siglo XX, muchas de esas piezas fueron reproducidas industrialmente y exportadas a América Latina, donde se integraron al estilo neocolonial, particularmente en residencias como la de Enrique Larreta, construida en 1916.
La muestra curada por Amighini y Nobilia, con textos de la especialista Marta Penhos, no se limita a exhibir: busca replantear las miradas sobre el pasado y activar nuevas formas de relacionarse con la historia.
“El objetivo es visibilizar no sólo el patrimonio material, sino también las narrativas que se esconden detrás de cada objeto. Hay una dimensión política y cultural que muchas veces queda relegada a un segundo plano”, señalaron las curadoras.
Por otro lado, la edición IV del ciclo “Intervenciones mínimas” propone una interacción más íntima entre obra, espacio y visitante.
Las artistas rosarinas Florencia Echevarría, Laura Echenique y Rosario Farías integran obras contemporáneas de pequeña escala que se insertan con sutileza en el recorrido por las salas.
La propuesta es que cada pieza “aparezca” de forma inesperada, como una resonancia del pasado en el presente, generando asociaciones libres y estimulando la imaginación del espectador.
En ediciones anteriores, este ciclo ha demostrado ser una herramienta eficaz para actualizar la relación del público con el museo, sin alterar su esencia.
“No se trata de imponer una mirada, sino de ofrecer una experiencia abierta, poética, que conecte con el espacio desde otros ángulos”, afirman desde el equipo curatorial del museo.
Esta cuarta edición profundiza esa línea conceptual con obras que exploran temas como la memoria, la materialidad y la persistencia de ciertas formas visuales en el tiempo.
El Museo Larreta, dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, se ha posicionado en los últimos años como un referente en la articulación entre arte histórico y contemporáneo.
Con una programación diversa y una fuerte apuesta por el cruce de lenguajes y disciplinas, este espacio busca ampliar su público y ofrecer experiencias que escapen de lo meramente contemplativo.
Cabe recordar que la entrada general al museo cuesta $1500, mientras que los extranjeros no residentes abonan $7500.
Los miércoles la entrada es gratuita para todo el público, y hay beneficios para jubilados, estudiantes universitarios con acreditación, personas con discapacidad, menores de 12 años y grupos escolares de escuelas públicas.
El museo abre de lunes a viernes (excepto los martes) de 11 a 19 h, y los fines de semana y feriados de 11 a 20 h.
Como periodista y visitante frecuente de los espacios culturales de Buenos Aires, puedo decir que esta propuesta del Museo Larreta no es sólo una muestra más: es una invitación a observar el arte desde sus bordes, a encontrar en los detalles del pasado un reflejo del presente, y a sentir cómo las historias que nos conforman también pueden ser narradas con tierra, fuego y silencio.