Cinco claves para afrontar el estrés de fin de año

En los últimos meses del año, el síntoma de agotamiento es permanente y librarse de él no es cuestión de adelantar vacaciones sino de cambiar algunas conductas.

Cómo revertir y sobrellevar este momento.

Para hacer frente a este estrés de fin de año lo primero que hay que hacer es identificar los cinco motivos culturales que lo terminan generando, asegura el motivador y coach especializado en alta gerencia Daniel Colombo.

Dentro de las causas por las que se produce la típica corrida y aceleración de fin de año hay cinco motivos, de tipo social y cultural, que afectan a la mayoría de las personas.

El primero es el de la sensación de no haber cumplido las metas del año; el segundo, la presión autoimpuesta o externa de que hay que cerrar temas sí o sí (balances, evaluaciones de desempeño en el trabajo, proyectos, entre otros) y en tercer lugar, la disyuntiva que siempre de cómo atravesar las fiestas.

«La lista continúa con la visión desmesurada de lo que significa el año nuevo, es decir con su cúmulo de buenos deseos, proyectos e intenciones y finalmente el sentimiento de que inevitablemente el año se termina, y quedarán cosas sin haber concretado o alcanzado», sostiene.

Colombo explica que «cuando estos factores se combinan producen una destilación de adrenalina, vértigo y hasta confusión respecto a la mejor forma de encarar este tránsito hacia el nuevo año que comienza».

El especialista asegura que una vez que se pierde el equilibrio se potencian otros aspectos como la irritabilidad, por ejemplo, antes situaciones como la imposibilidad de decir que no a los compromisos, o al esfuerzo de intentar verse con plenitud y felicidad aunque las emociones digan otra cosa.

Para evitar estos sentimepos, Colombo aconseja tener en cuenta coinco aspectos para sortear el estrés de fin de año:

1- Organizarse

Organizar el último trimestre del año, y los dos primeros meses del siguiente. La productividad y la adicción a alcanzar las metas y objetivos cada vez más rápido provoca ansiedad, que termina mal canalizada: A) No dejar todo para último momento.
B) Tomar el último trimestre como clave para planificar el final y el inicio del próximo año -al menos los dos primeros meses-.
C) Articular estas metas con los colaboradores o personas cercanas.
D) Llevar un registro del proceso de los objetivos de cierre del año, y programarlos en un calendario físico o sistema donde se pueda visualizar muy claramente.
Además, es fundamental no perder los espacios personales, ni de descanso, con tal de llegar con el trabajo acumulado o los compromisos. Esto es clave para mantener el sentido y propósito del disfrute de la vida.

2.- Fijarse objetivos y priorizar lo importante por sobre lo urgente

Durante todo el año es fundamental establecer metas, basadas en el propósito global que se desea obtener en cada aspecto personal y profesional. Un correcto balance en la administración y gestión de lo urgente vs. lo importante traerá el resultado de un fin de año más fluido y descomprimido de tanta vertiginosidad.

3.- Ser razonable ante lo que no se llega a hacer

Una cosa es lo que se desea, y otra lo que es humanamente posible lograr, sin que esto signifique justificar o procrastinar tareas.
Si las cosas se ubican entre lo posible y lo realizable, se podrá depurar lo pendiente, para hacerse cargo de aquello importante.
Así se pospondrá para la primera parte del nuevo año aquello que sea posible, se derivará o delegará lo que sea factible para que lo implemente otra persona; y se trabajará sobre este nuevo esquema de diagramación de objetivos para fin de año.

4.- Pedir ayuda, compartir responsabilidades y fijar metas razonables

Otra creencia de las personas que se sobre-exigen a fin de año es que lo tienen que hacer solos.
Así, terminarán exhaustos, de mal humor, irascibles y con poca flexibilidad ante los imprevistos que pudiesen surgir.
Pedir ayuda, incluso para priorizar los objetivos -por ejemplo, con un superior en el trabajo- será una buena metodología. Decir no y proponer alternativas; colgar en un espacio visible el calendario de tareas a ejecutar y sus fechas de cierre; dar seguimiento a las demás personas, y reportar tus avances; e ir diagramando la agenda formal del año siguiente, te ayudarán a organizarte y a transcurrir mejor las metas razonables del cierre del ejercicio, recomienda el especialista.

5.- Hacer un balance con una mirada positiva y reprogramar las cosas no alcanzadas

El balance que se hace a esta altura del año cobrará un nuevo significado el foco se pones, exclusivamente, en aquellos aspectos positivos.
A la hora de resignificar las cosas negativas, es fundamental evaluar qué es lo que se aprendió en ese proceso y de qué forma se podría hacer mejor.
Así, aquellos problemas, pérdidas y situaciones complicadas que se vivieron a lo largo del año, puede adquirir un nuevo significado.

«Con estos cinco lineamientos, cualquier persona podrá sobrellevar mejor el maratón típico de fin de año, y encarar el nuevo tiempo con mayor equilibrio, integridad, sin despersonalizarse ni caer en situaciones de estrés extremo», puntualizo Colombo.

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