Estas certificaciones garantizan a los mercados internacionales el bajo impacto que genera el proceso productivo en el medio ambiente, algo que se mide a través de la «huella ecológica», que se traza en referencia al nivel de emisiones de carbono y al consumo de agua.
«La huella de carbono es la medida del impacto ambiental que provocan las actividades que se emiten en la cadena de producción y repercuten en el medio ambiente.
Se cuantifica por los Gases de Efecto Invernadero (GEI), que son los que provocan el calentamiento global», aseguró a Télam el especialista chileno Alejandro Sánchez Matteucci, director de Green Solutions para América Latina, la entidad que realizó las certificaciones.
Sánchez Matteucci explicó a Télam que «el cambio climático es una preocupación de primer orden a nivel mundial, y lo mismo ocurre con el recurso hídrico que es cada vez más escaso, y es por eso que tenemos que preservar el planeta, y con este trabajo hemos identificado los impactos en el medio ambiente, a lo largo de todo su ciclo de vida, de estos productos».
«Cada día existe una mayor presión hacia las empresas por ser sustentables. Pero a su vez son los mismos clientes en mercados como los de Europa, los que premian a los productos que gozan de estas certificaciones, y en los países nórdicos, donde hacen foco estos vinos, la predilección por productos sustentables es mucho más notoria», añadió el especialista.
«En nuestros viñedos realizamos una viticultura sustentable con bajo impacto ambiental, buscando obtener una alta calidad enológica cuidando el medio ambiente», enfatizó Andrés Giorgio, ejecutivo la bodega Kauzo Estates, productora de los vinos que lograron certificar la «huella de carbono» y la huella del agua» que se definen genéricamente como huellas ecológicas.
«En nuestros viñedos realizamos una viticultura sustentable con bajo impacto ambiental, buscando obtener una alta calidad enológica cuidando el medio ambiente», finalizó Giorgio.
Kauzo Estates es una bodega de Mendoza, cuya comercialización es 100% exportable y se convirtió en la primera empresa de la Argentina que de manera conjunta certificó con Huella de Carbono y Huella del Agua sus productos, logrando que sus vinos queden evaluados con ambos estándares medioambientales en lo que se denomina la «huella ecológica».
Las evaluaciones corresponden a la cosecha 2016, y dentro de los aspectos evaluados se encuentran componentes relacionados con los proveedores y con sus procesos productivos, informó Green Solutions, la entidad encargada de efectuar las certificaciones.
Los resultados para arribar tanto a la huella de carbono como a la huella del agua, fueron realizados con SAMI, Sustainability Metrics, un evolucionado software de sustentabilidad.
Las mediciones que fueron certificadas por Green Solutions, que es la primera certificadora de huella de carbono y huella del agua de la Argentina, certificadores a su vez del primer producto que logró una certificación como «neutral carbon» en Sudamérica.