¿Qué tanto hacemos en América Latina para reducir los desastres naturales o minimizar su impacto? ¿Qué rol juega la tecnología?

Según el BID, de no ser por el sismo-tsunami de Japón en 2011, el 2017 habría roto el récord del año con mayores daños económicos causados por desastres a nivel mundial con 330 mil millones de dólares en pérdidas y casi 10.000 muertos.

13 de Octubre, Día internacional de la Reducción de Desastres

Latinoamérica, México, Colombia y Brasil fueron los países que registraron el mayor número de desastres en la región entre 1997-2017 [1].

Lo más preocupante es que la evidencia sugiere que los desastres en la región latina seguirán incrementándose en recurrencia y en intensidad y nadie está exento.

Los motivos: el aumento de la población como factor crítico, importantes asentamientos urbanos en áreas vulnerables como costas y zonas sísmicas, viviendas de mala calidad y por último, el cambio climático como jugador decisivo [2].

Ante este panorama, los gobiernos y sus servicios de atención de emergencias necesitan estar preparados a través de una efectiva coordinación y comunicación entre organismos, con la capacidad de contar con información para la toma de decisiones en tiempo real y mitigar las pérdidas humanas y materiales al máximo.

Por más de 90 años en el mundo y 60 en Latinoamérica, la mayoría de fuerzas de seguridad pública y emergencias del mundo, han confiado en las soluciones de misión crítica de Motorola Solutions.

De ellas dependen los principales sistemas de comunicación para emergencias antes, durante y después de un desastre, convirtiéndose en un recurso vital que les permite comunicarse en los momentos extremos en donde los sistemas de comunicación convencionales no funcionan.

Esta tecnología de comunicaciones es lo que marca la diferencia para minimizar el impacto negativo de un desastre natural, y la convierte en una herramienta fundamental para cualquier estrategia de prevención de desastres y/o mitigación.

Si bien un desastre es algo que en la mayoría de casos no es posible evitar o detener, especialmente cuando se trata de eventos naturales, una mirada preventiva y proactiva puede significar muchas más vidas a salvo.

En este emblemático día por la reducción de desastres naturales y conscientes de la alta vulnerabilidad ante eventos naturales de nuestros países en América Latina, vale la pena cuestionarnos si aquellos encargados de estar en la primera línea de respuesta ante una emergencia como bomberos, policías y fuerzas de emergencia, tienen lo básico para poder cumplir su misión: ¡Comunicación a prueba de todo!

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