Tres individuos implicados en una serie de robos a hoteles fueron identificados y detenidos gracias a una colaboración entre varias divisiones de la Policía de la Ciudad. La investigación se basó en el análisis de una huella digital y el estudio de las cámaras de seguridad, elementos fundamentales para el progreso de la pesquisa.
El grupo delictivo operaba de manera coordinada: llegaban a los hoteles en motocicleta, uno de ellos ingresaba armado y oculto bajo un casco para perpetrar el robo en las recepciones, para luego darse a la fuga.
La División Investigaciones Comunales 1 Sur lideró el proceso de investigación, mientras que la División de Análisis de Extracción de Imágenes se encargó del estudio minucioso de las cámaras de seguridad. Además, el trabajo de la Policía Científica en la recolección de pruebas en la escena del crimen resultó crucial para el avance de la pesquisa.
Estos individuos, en tan solo un mes, llevaron a cabo cuatro robos a hoteles utilizando el mismo modus operandi. El inicio de la investigación se remonta al 16 de febrero, cuando se reportó un robo en un hotel ubicado en la calle Montevideo, cerca de Bartolomé Mitre. Posteriormente, se sucedieron otros hechos similares en la misma zona, lo que permitió a las autoridades detectar un patrón delictivo.
Gracias al análisis minucioso de las cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, se pudo reconstruir el modus operandi de los delincuentes implicados en una serie de robos a hoteles. Uno de los perpetradores llegaba al lugar previamente para observar los movimientos, mientras que su cómplice, siempre con el casco puesto, llegaba en moto.
Este último ingresaba armado al establecimiento, mientras el otro permanecía como vigía afuera. Posteriormente, ambos fugaban en la motocicleta.
La División de Análisis de Extracción de Imágenes notó un detalle distintivo: el conductor de la moto siempre llevaba zapatillas rojas. Otro dato crucial surgió de una de las escenas del robo, donde uno de los delincuentes apoyaba su mano en la puerta de acceso para evitar que se cerrara. Este hallazgo llevó a convocar al área de Criminología de la Policía Científica, que logró levantar una huella dactilar en el lugar.
Gracias a las cámaras de la Ciudad, se trazó el recorrido de escape de los delincuentes, concluyendo que terminaba en la calle Luis Sáenz Peña, entre Pavón y Constitución. Los investigadores de campo determinaron que el conductor de la moto residía en una casa de esa cuadra, y finalmente localizaron el vehículo. Solo restaba esperar a que el propietario lo utilizara.
El 7 de marzo, los investigadores observaron cómo un individuo se subía a la moto y se alejaba. A pocos metros, fue interceptado y detenido.
Durante la revisión, se descubrió que el conductor no portaba armas, pero llevaba consigo una mochila que ocultaba objetos robados, incluyendo una picana eléctrica camuflada como linterna, la cual fue utilizada en uno de los atracos. Además, lo más significativo: tenía puestas las mismas zapatillas rojas que se observaban en los videos de seguridad.
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 44 respaldó la detención y el decomiso de los objetos encontrados en su posesión.
Tras la detención del primer delincuente, la División Papiloscopía y Patronímica de la Superintendencia de Policía Científica identificó positivamente la huella encontrada en la puerta del hotel. Esta correspondía a un delincuente con un amplio historial delictivo. Con esta información, se llevó a cabo un operativo que culminó con su arresto en la vía pública el 25 de marzo.
Además, durante la operación, se descubrió que el individuo detenido estaba acompañado por otro sujeto implicado en un robo anterior a uno de los hoteles, cometido en enero sin ocultar su rostro. Por lo tanto, los oficiales de la División Investigaciones Comunales 1 lo remitieron al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 48.
En una serie de allanamientos posteriores, se encontró una réplica de pistola tipo calibre 45 con mango de color madera, que, al compararla con las imágenes de seguridad, se determinó que fue utilizada en los atracos.
En total, se incautaron 45.000 pesos, teléfonos celulares pertenecientes a las víctimas, la réplica de la pistola, una computadora portátil, auriculares Bluetooth y prendas de vestir presumiblemente usadas durante uno de los robos.