Una jornada de caos y tensión se vivió este miércoles en Palermo, cuando una máquina de obras públicas perforó un caño maestro de gas en plena avenida Juan B. Justo y Paraguay, provocando un masivo operativo de emergencia que obligó a evacuar comercios, cortar el tránsito y movilizar a bomberos, SAME, Metrogas y fuerzas de seguridad durante más de ocho horas.
Escuchamos una explosión y enseguida el olor a gas fue tan fuerte que nos asustamos mucho. Tuvimos que cerrar todo y salir corriendo, relató Élida, empleada de una farmacia de la zona, al recordar el dramático momento en el que el escape de gas alteró la rutina del barrio.
La calma de la mañana en Palermo se rompió a las 9:25, cuando una contratista que realizaba trabajos de repavimentación sobre los carriles del Metrobus dañó un caño de gas de media presión.
Apenas se detectó la fuga, el aviso llegó a Metrogas y minutos después, brigadas técnicas de la empresa se dirigieron a la intersección de Juan B. Justo y Paraguay.
Allí se encontraron con un panorama alarmante: una columna de gas de más de seis metros emergía del asfalto, mientras el característico olor se expandía por varias cuadras a la redonda.
La primera medida fue inmediata: vallado y aislamiento del área para reducir riesgos. Entre las 10 y las 11 de la mañana, el operativo ya sumaba a bomberos de la Ciudad, personal de Defensa Civil, la Policía y el SAME.
El perímetro se amplió y comenzó la evacuación preventiva de trabajadores y clientes de los comercios linderos. Farmacias, bares y pizzerías interrumpieron su actividad, mientras los vecinos eran guiados a zonas seguras.
Nicole, empleada gastronómica de la zona, describió el temor del momento: “Tuvimos que apagar hornos y bajar térmicas rápido. Nadie quería arriesgarse a que pasara algo peor. Cerramos todo y nos mandaron a esperar afuera”.
Con el correr de las horas, la magnitud del escape quedó en evidencia no solo por el espectáculo visual de la fuga, sino también por las consecuencias inmediatas en la movilidad de la ciudad. Juan B. Justo permaneció cerrada durante gran parte del día, obligando a colectivos y automovilistas a buscar desvíos. Incluso la línea San Martín del tren sufrió interrupciones parciales, complicando a cientos de usuarios que quedaron varados en medio del caos.
A las 14:00, Metrogas desplegó a todo su personal técnico y comenzó el procedimiento de “prensado” del caño. Se trataba de una maniobra delicada, en la que se debía bloquear el flujo metros antes de la rotura para detener la fuga. El detalle no era menor: al ser un caño de acero encamisado y de media presión, la reparación definitiva demandaría varias horas de trabajo especializado.
Pese a la magnitud del accidente, los voceros de la empresa aseguraron que el suministro domiciliario no se vio interrumpido y que las viviendas de la zona nunca estuvieron sin servicio.
“Lo prioritario fue garantizar la seguridad de las personas, por eso se aisló el área y se avanzó en la reparación con un protocolo estricto”, explicaron.
Recién hacia las 16:30 se dio un parte más tranquilizador: el caño estaba aislado, el flujo contenido y los equipos técnicos avanzaban en la restauración final.
La tensión, sin embargo, se mantuvo hasta el cierre del operativo, con efectivos de la Policía y Defensa Civil apostados para impedir el acceso a la zona y evitar riesgos innecesarios.
El episodio reaviva la discusión sobre la seguridad en las obras públicas de gran envergadura, especialmente en corredores neurálgicos como el Metrobus de Juan B. Justo.
La coordinación de múltiples organismos logró que no hubiera víctimas ni heridos, pero la experiencia dejó en claro la vulnerabilidad de la infraestructura urbana frente a accidentes que podrían derivar en tragedias.
Vecinos de Palermo señalaron que no es la primera vez que una obra en la zona genera complicaciones. “Hace unas semanas tuvimos cortes de luz por trabajos similares.
Esta vez fue gas, la próxima no sabemos qué puede ser. Estamos cansados de que se trabaje sin los recaudos necesarios”, reclamó un comerciante que prefirió no dar su nombre.