Robo en el Barrio Chino terminó con una pareja detenida y miles de pesos incautados

El hecho se produjo en horas de la madrugada, cuando la víctima caminaba junto a su madre por el Barrio Chino, en el corazón de Belgrano, y sufrió el robo de su iPhone.

A diferencia de otros casos similares que quedan impunes, en esta oportunidad la intervención de la madre fue clave: utilizó el sistema de geolocalización del dispositivo y comenzó a seguir el recorrido del aparato, que aparecía en movimiento por distintas calles de la Ciudad.

Ese rastreo la condujo hasta un automóvil estacionado en Bonpland al 1300, en Villa Crespo. Ante la sospecha, se comunicó con la Policía de la Ciudad y aportó las capturas de pantalla del GPS, además de detalles sobre el rodado.

Con esos datos, la Comisaría Vecinal 14 B consultó a la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°31, que autorizó una vigilancia discreta sobre el vehículo.

La estrategia dio resultado: horas después, un hombre y una mujer se acercaron al Chevrolet Cruze señalado y fueron interceptados por los agentes.

Durante la requisa, en presencia de testigos, los efectivos hallaron el celular robado escondido debajo de un asiento.

Pero el hallazgo no terminó ahí: también encontraron otro teléfono, 4.800 dólares y 923.000 pesos en efectivo, una suma que levantó fuertes sospechas sobre posibles actividades delictivas asociadas.

Ambos sospechosos, de nacionalidad peruana, fueron trasladados a sede policial y puestos a disposición del Juzgado en lo Criminal y Correccional Nº 49, a cargo de la jueza Ángeles Gómez Maiorano, quien ordenó el secuestro de los elementos y la detención preventiva de los imputados. La Secretaría Nº 169 del mismo tribunal quedó a cargo de coordinar las pericias correspondientes sobre el dinero y los dispositivos incautados.

La causa abrió una serie de interrogantes sobre la posible participación de la pareja en otros hechos similares.

Según trascendió, la modalidad de robo de celulares de alta gama en zonas concurridas y turísticas se ha convertido en una problemática creciente en la Ciudad de Buenos Aires.

Datos de la propia Policía señalan que los iPhones representan más del 60% de los equipos denunciados como sustraídos, debido a su elevado valor de reventa en el mercado ilegal.

El caso también expuso el papel decisivo que puede jugar la tecnología en este tipo de delitos. El rastreo por GPS, sumado a la rápida intervención policial, resultó determinante para frustrar lo que podría haber terminado en un hurto más sin resolución.

“La clave fue la inmediatez de la denuncia y el seguimiento en tiempo real. Eso nos permitió montar el operativo y llegar a los sospechosos con pruebas contundentes”, explicó un investigador.

La detención de los implicados generó repercusión en Villa Crespo y en Belgrano, barrios donde vecinos y comerciantes reclaman hace tiempo más controles sobre la inseguridad cotidiana.

La aparición de grandes sumas de dinero en poder de los detenidos también abre la puerta a nuevas hipótesis, que podrían vincular el hecho no solo a un robo aislado, sino a una red más amplia de delitos vinculados al mercado negro de celulares.

En ese contexto, la justicia deberá ahora determinar si el dinero hallado corresponde a actividades ilícitas y si la pareja formaba parte de una banda con operaciones más complejas.

Mientras tanto, la adolescente pudo recuperar su teléfono, aunque el episodio dejó en evidencia la vulnerabilidad de miles de personas que, a diario, se convierten en blanco de delincuentes en la Ciudad.

Este caso deja en claro que, con denuncias rápidas y la colaboración de la tecnología, es posible avanzar contra la delincuencia urbana. La investigación recién comienza, pero la historia demuestra que incluso un robo aparentemente menor puede destapar algo mucho más grande.

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