Tobías Núñez estuvo al borde de la muerte y ahora debe convivir con una decena de resguardos médicos.

Tobías Núñez dormía en la casa de sus abuelos cuando un alacrán lo picó en el cuello y sobrevivió a cuatro paros cardioespiratorios.

Ahora, va al psicólogo, debe enfrentar distintos resguardos médicos y sus padres decidieron mudarse de la casa de Palermo, donde ocurrió el episodio.

No puede correr, agitarse ni cansarse.

No puede hacer nada que le genere esfuerzo al corazón, que aún está inflamado.

Tiene un certificado que lo exime de hacer gimnasia en el jardín, explicó el papá, Gastón.

Hay que eliminar todas la cucarachas, que son el alimento de los alacranes, colocar mosquiteros en las rejillas, revestir con material los huecos en paredes y tirantes, y revisar tanto las sábanas y los cubrecamas antes de ir a dormir, enumeró el papá de Tobías que ha tenido que reforzar las medidas para cuidar a la familia.

El nene le dedica mucho tiempo a ver los dibujos animados y, algunas veces, investiga sobre el bicho que lo picó.

El cuadro clínico lo obligará a hacer durante un año una vida algo más sedentaria que la de cualquier niño de su edad.

En noviembre, Tobías deberá hacerse una serie de estudios para recibir el alta definitiva.

Gastón se emociona ya que, gracias a una ayuda del sindicato de Gastronómicos, en pocos días más se mudarán al barrio porteño de Saavedra.

Ahí voy a estar más cerca de mi trabajo.

Cuando él esté bien, lo voy a llevar al club Eros (Palermo Soho), donde jugó toda mi familia, o quizás a Platense, del otro lado de la General Paz, concluyó.