El psicólogo, periodista y escritor, Facundo Rodolfo Soto, encabeza una organización de psicólogos LGBTIQ llamada Planeta diverso.
En esta entrevista de Palermonline Noticias, rica de contenidos, para leer y releer con atención, nos cuenta qué lo llevó a formar esta red de psicólogos LGBTIQ, donde no solo atienden pacientes de la comunidad sino que también hacen ateneos clínicos, grupos de estudio y supervisión. ¿Una nueva forma de autodiscriminación o un espacio libre de prejuicio y entendimiento real de la problemática?.
¿Qué es Planeta diverso?
Somos un grupo de psicólogos disidentes.
¿Qué quiero decir con esto?
Si vas al psicólogo y le decís, por ejemplo, que se te complica formar pareja por ser gay, te dicen que el problema está en vos, no por ser gay.
Haciéndose los cool y liberal, te pueden decir que no te autoescluyas, porque los héteros y los gays estamos en el mismo nivel y que para los héteros también es un problema encontrar pareja.
O sea, muestran la hilacha: no entendieron nada.
No pueden negar cientos de años de historia, el triángulo rosa invertido, el ocultamiento que teníamos que hacer de nuestras parejas hasta hace poco, muy poco…
En el año 73 se retira del manual de psiquiatría a la homosexualidad (término médico, construido para diagnosticar una desviación sexual.
¿Desviación con respecto a qué?
A la norma, a la heteronorma, a un sistema hegemónico y como tal estigmatizante y moldeable, en fin…).
Te decía… recién en el 1973 se retira a la homosexualidad del DSM, el Manual de psiquiatría, como una patología definida en oposición a la salud mental.
¿Te parece a vos que con estos precedente podemos hablar que los gays somos iguales, que estamos constituidos con igual de posibilidades y derechos y paranoias que los héteros? El matrimonio igualitario recién se aprobó hace 8 años.
Bueno con estos antecedentes…
Pero concretamente ¿Cuál es la finalidad de una asociación de psicólogos disidentes, como vos decís?
Tiene que ver con eso, con poder atender y dar un tratamiento psicológico a gente de la comunidad LGBTIQ.
Muchos pacientes que vienen a verme, y yo mismo lo padecí como paciente, se quejan que tuvieron tratamientos anteriores donde el psicólogo se manejaba con paradigmas viejos, con prejuicios, y en casi todos los casos con absoluta ignorancia del movimiento gay-queer o de las características de la comunidad.
¿Cuáles son esas características?
¿En qué se diferencia con la comunidad heterosexual?
Primero, no hay comunidad heterosexual.
Definimos a una comunidad cuando sale de la horda, del pensamiento hegemónico. Beatriz Preciado dice que la heterosexualidad no es una práctica sexual, sino un régimen político.
Al haber estado cientos de años afuera de la norma, y no es que ahora quisiéramos estar adentro (hay de todo, igual, y se respeta el deseo del paciente en nuestra asociación de psicólogos disidentes) construimos códigos propios, formas de encuentro que eludían, históricamente, los lugares donde no se podían habitar por la sencilla razón que ibas preso.
Sí, por ser homosexual te llevaban preso, además de insultarte o hacerte bulling en el barrio o donde fuese.
En el trabajo te podían echar.
Las primeras marchas del orgullo gay, acá, en la Argentina, fueron de 25 personas con máscaras y anteojos negros; porque corrían el riesgo de quedarse sin trabajo por reclamar sus derechos, ¿entendes?
Así se fueron creando códigos, lugares clandestinos de encuentros y con ellos toda una cultura que se mantiene, a nivel internacional, hasta nuestros días.
¿De qué hablas concretamente?
Formas de encuentros. Formas de ser, maneras de relacionarse.
Por ejemplo, te digo uno y los demás que corran por el pensamiento de los lectores.
Que piensen.
Por ejemplo, los lugares de cruising, que para la gente de nuestra comunidad es algo que forma parte de nosotros, pero que un psicólogo formado heternormativamente lo interpreta como un lugar de promiscuidad.
La pasividad es tomada como sometimiento.
Las prácticas BDSM una perversión.
El transexualismo es igual a psicosis.
No estoy inventando, estoy en relación permanente con estudiantes de la carrera de psicología que me muestran los textos donde dicen, y estudian esas cosas…
Piensan y se manejan con una lógica fálica, binaria: hombre-mujer. Salud-enfermedad.
Desconocen las teorías queer.
El otro día hablaba con una psicóloga que fue a un curso que yo estoy dando, para formarse, y en un momento, en el brak tomando café, se afloja y me dice “Yo cuando tomo la primera entrevista les pregunto dónde trabajaban, cuántos años tienen, etc., datos para cargar en su historia clínica, y cuando un hombre me dice que vive en pareja y que su pareja es un hombre no puedo evitar que una corriente de aire frío me recorra el cuerpo.
Por supuesto que no le digo nada, lo trato como a uno normal; pero no puedo evitar sentir esa cosa”.
Bueno, esta psicóloga tiene un cargo muy alto en un lugar super reconocido. Atiende pacientes.
Hace acciones sociales. ¿Desde qué lugar? ¿Cuál es su lógica? ¿Y su conocimiento de la comunidad LGBTIQ?
Nos queda claro a dónde apuntan.
Pero, son profesionales, psicólogos formados en la universidad ¿con qué técnica o herramientas teóricas se manejan?
Tenemos una formación fuerte en psicoanálisis pero somos flexibles y diversos.
Cada paciente es único y podemos atenderlos, de acuerdo a lo que necesiten, con psicoanálisis, o hacer una psicoterapia breve con herramientas sistémicas.
Yo también tengo posgrados en coaching ontológico que sirve muchísimo para plantearse objetivos y alcanzarlos de manera clara y estipulada.
¿Cuáles son las consultas que más reciben?
En pacientes gay el tema de querer formar una relación y dificultarse el tema.
En lesbianas hay todo un tratamiento de desidentificación muy interesante, donde muchas pacientes no se quieren identificar al significante bollera, torta o lesbiana; y viven una sexualidad libre, a pleno, ligada al amor e incluso a la concreción de parejas, que suelen ir de un sexo a otro, sin considerarse bisexuales: identidades queer podríamos decir partiendo de la base que las teorías queer plantean la no identidad de género.
Obviamente esto lo descubren en tratamiento, el malestar puede llegar por algo nimio, casi sin importancia.
En otros casos la pregunta por un cansancio de la pareja, a la vez que sigue habiendo amor, y la pregunta es si abrir la relación o no.
En fin, hay tantas consultas como personas que vienen a vernos.
https://www.planetadiverso.com/