El Museo de la Ciudad recupera el legado de dos pioneros

Una dupla que revolucionó el diseño textil argentino con audacia, arte y humor vuelve al centro de la escena.

El Museo de la Ciudad inaugura El Taller de Simonetta y Vicente, una exposición que rescata y celebra la obra de Simonetta Borghini y Vicente Gallego, dos pioneros cuya mirada transformó la manera de pensar las telas, los objetos y hasta los roles de género en la industria del diseño.

«Cuando empezamos, sabíamos que estábamos nadando contra la corriente. Queríamos que cada tela hablara, que dijera algo distinto, que incomodara un poco y que a la vez alegrara los ojos», había dicho Simonetta Borghini en una entrevista de archivo, y esa premisa parece guiar toda la curaduría de esta muestra.

El próximo jueves 29 de mayo a las 17 horas, en la sede Querubines del Museo de la Ciudad (Defensa 223), quedará oficialmente inaugurada la exposición El Taller de Simonetta y Vicente, que podrá visitarse hasta noviembre de 2025.

No se trata solo de una retrospectiva, sino de una reconstrucción sensible de un modo de pensar el diseño que fue rupturista en su tiempo y que sigue resonando con fuerza.

La muestra, curada por Paula Carrella, reúne 150 piezas entre textiles serigrafiados, indumentaria, accesorios, bocetos y documentación del taller que funcionó desde fines de los años 70.

A través de formas geométricas, colores vibrantes y composiciones cargadas de ironía y sentido simbólico, la pareja logró crear un lenguaje visual propio. Pero, además, sus creaciones fueron elaboradas artesanalmente, lo cual sumó una capa extra de singularidad a cada obra.

Simonetta Borghini y Vicente Gallego no solo diseñaban; contaban historias en cada tela. Lo suyo no era una estética decorativa, sino una búsqueda conceptual.

La exposición no se limita a mostrar objetos bellos: invita a pensar, a recordar y a discutir el rol del diseño como parte de una identidad cultural. La decisión del museo de conservar esta colección como parte de su patrimonio subraya esa importancia.

Uno de los ejes de la exposición es, precisamente, el rol de la mujer en el diseño textil. En una época en que la disciplina estaba dominada por hombres, Simonetta Borghini no solo irrumpió con talento, sino que abrió caminos para otras mujeres.

Licenciada en Historia de las Artes por la Universidad de Buenos Aires, con estudios de posgrado en instituciones europeas como la Sorbona y la Università per Stranieri di Perugia, Borghini supo unir la investigación académica con la creación artística. Su legado excede la producción estética: es también un aporte político, feminista y académico.

El aporte de Vicente Gallego también es notable. Formado como interiorista, su trabajo se alimentó de múltiples técnicas artísticas: cerámica, escultura, serigrafía, joyería.

Su espíritu experimental se plasmó en cada rincón del taller que compartió con Simonetta. Uno de los hitos de su carrera fue haber diseñado los textiles del decorado de la película Restauración (1994), que ganó el Oscar a Mejor Dirección de Arte.

Simonetta y Vicente se conocieron en los años 70, se casaron en 1976 y en 1988 fueron parte del comité fundador de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA.

En 1989 cerraron su legendario taller en la calle Estados Unidos, en San Telmo, y se trasladaron a Terrasa, en la provincia de Barcelona, donde siguen viviendo y enseñando. En 2011 donaron al Museo de la Ciudad toda su colección de piezas textiles, que ahora se exhiben en esta muestra.

La decisión de cerrar el taller no fue un final sino una mutación. «El taller fue siempre un lugar de creación, pero también de discusión, de análisis, de resistencia.

Cerrarlo fue como cambiar de escenario, no de propósito», dijo alguna vez Gallego. Y esa coherencia conceptual está impresa en cada tela, en cada boceto, en cada detalle de esta exposición.

La entrada general al museo cuesta $1500, pero hay excepciones: jubilados, estudiantes universitarios con acreditación, personas con discapacidad (más un acompañante), menores de 12 años y estudiantes de escuelas públicas pueden ingresar gratis. Los miércoles, además, el ingreso es sin costo para todo público.

La exposición también busca visibilizar cómo el diseño puede funcionar como crónica de época. En este caso, lo hace a través del color y la textura, pero también del humor.

Porque si algo tienen las creaciones de Simonetta y Vicente es una mirada lúdica, crítica y descontracturada de la vida cotidiana. Donde otros veían un mantel o una camisa, ellos veían una oportunidad de decir algo nuevo, incluso incómodo.

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