Las tecnologías de reconocimiento a través de datos biométricos -como el escaneo facial- pueden suponer un adelanto a la hora de autentificar a una persona para realizar operaciones bancarias de bajo riesgo, pero no debería eliminarse el uso de las contraseñas tradicionales y de los «token» (que reemplaza la tarjeta de coordenadas) para las transacciones, alertaron especialistas.
Luego de que el banco ICBC anunciara que habilitará durante la segunda quincena de julio un sistema de reconocimiento por biometría facial para el registro de sus clientes en banca móvil, diversas fuentes alentaron la idea de mantener un esquema «multifactor y adaptable» de identificación a la hora de acciones de alto riesgo financiero.
Expertos consultados por Télam explicaron que los actuales sistemas se basan en una serie de pasos que incluyen «algo que el usuario tiene», es decir, una tarjeta de coordenadas o un token, y «algo que el usuario sabe», o sea, una contraseña; mientras que el dato biométrico aportaría «algo que el usuario es».