La policía detuvo a un grupo de grafiteros violentos en el barrio de Núñez

Habían ingresado violentamente a una obra en construcción del Subte, agrediendo al sereno. Uno de los detenidos es de nacionalidad brasilera.

Personal de la Comisaría Vecinal 13B se encontraba recorriendo la jurisdicción a bordo de un móvil, cuando fue detenido por un hombre, quién le manifestó ser sereno de la obra en construcción de la Línea D de subterráneos, y que momentos antes 5 sujetos encapuchados habían ingresado al interior de la obra violentando una reja y que, luego de manifestarle que eran grafiteros, lo tuvieron cautivo por media hora, mientras le propiciaban golpes las costillas y en la cabeza.

Con las descripciones aportadas por el damnificado, los oficiales irradiaron la alerta y comenzaron a recorrer la zona, pudiendo divisar a un grupo de sujetos en la intersección de avenida Cabildo y Jaramillo, quienes llevaban dos bultos similares a los referidos por el sereno.

Los efectivos dieron vuelta a la manzana para interceptarlos e identificarlos y notaron que habían descartado los bolsos, los cuales fueron encontrados dentro de un contenedor de basura ubicado a pocos metros.

Los mismos tenían en su interior aerosoles de pintura de diferentes colores, guantes y una cámara tipo Go Pro.

Consultado el  el Juzgado Nacional Criminal y Correccional Nº 23, a cargo del Dr. Ponce, se dispuso el traslado de los detenidos, uno de los cuales es de nacionalidad brasilera, a la alcaidía de la Comuna 13 de la Policía de la Ciudad, imputados por Lesiones, Daño y Privación Ilegítima de la Libertad.

¿Por qué pintan los Vagones?

Historia de un Grafitero urbano

Durante tres meses Soer fue al mismo lugar. Bajó al subte y miró cómo entraban los trabajadores, a qué hora cerraban las puertas, qué días estaba la policía.

Caminó por los andenes pensando cómo entrar cuando cerrara el servicio, cómo huir, cuánto tiempo iba a poder quedarse antes de que lo descubrieran.

Un día decidió que ese era un buen lugar. Y esa misma noche pintó su nombre en letras rojas cubriendo tres vagones enteros de la línea D.

Pintar grafitis clandestinos es hacer bombing: cubrir la ciudad con letras veloces, como una mecha encendida, que brotan de las paredes y bajan por las escaleras mecánicas hasta cubrir por completo los vagones del subte.

Cuando el gobierno nacional trasladó el servicio de subterráneos a la ciudad, la vigilancia en las estaciones se suspendió durante semanas. Fue entonces cuando los vagones empezaron a aparecer cubiertos de grafitis. Los grafiteros vieron que sus obras perduraban y se entusiasmaron.

Hoy todas las líneas, excepto la H y la A las más vigiladas, están pintadas. En Buenos Aires hay unos diez grupos de grafiteros activos que pintan subtes: es decir que pintan entre dos y cinco veces por semana.

Pintan a lo largo de casi cincuenta kilómetros de túneles sobre vagones que transportan más de un millón y medio de personas por día.

Soer gastó mil ochocientos pesos en su grafiti clandestino de la línea D. Y quedó satisfecho.

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