La vivienda que se hizo viral con la pareja de Natalia Oreiro y Ricardo Mollo sostiene un patrimonio histórico de la ciudad si algún comprador quiere tenerla.
Aunque se conserva en condiciones impecables, el inmueble data de fines del Siglo XIX. Con el bosquejo que brindó en algún momento el ex intendente porteño Torcuato Antonio de Alvear y su mujer brindan a nuestro barrio un contraste entre la arquitectura de la época y la modernidad bien entendida.
Historia
Antes de conocerse como Palermo, el impacto que generó Torcuato fue tan grande y espectacular que “Villa Alvear” era denominada como la Ciudad de los Obreros, con una compresión de las Avenidas que conocemos actualmente como Scalabrini Ortiz, Santa Fe, Córdoba y la calle Godoy Cruz. En 1888, a un año de crearse el Banco Inmobiliario, la entidad que era propietario Antonio Devoto compró un total de 200 hectáreas y el arquitecto Juan Buschiazzo se encargó de repartir los lotes y el trazado de las calles.
Con el paso del tiempo y la modernidad del principio del Siglo XX, la conocida Villa Alvear pasó a llamarse Palermo Viejo y actualmente en nuestra Ciudad de Buenos Aires la conocemos como Palermo SoHo. Uno de los principales barrios que es comprendido en su totalidad por la Comuna 14.
Marta Falcó, arquitecta de la Universidad de Buenos Aires, destacó que la mencionada Villa Alvear “es una de las tantas villas que desapareció dentro del desarrollo que tuvo Palermo“.
“La idea del barrio era edificar para los trabajadores y posteriormente para las clases altas de la sociedad argentina de aquel momento. Los arquitectos Raymundo Battle y Augusto Plou destinaron su vida para que cada obrero pueda tener su propia vivienda propia ” afirmó según fuentes locales.
Un barrio que en la actualidad es catalogado como esa mezcla entre lo antiguo y lo nuevo. Entre las calles cortas y largas que podemos atravesar paseando, que el compartir es habitual y que la Mansión Alvear ofrecida hasta en las inmobilarias es uno de los puntos turísticos más importantes.
Los historiadores de nuestra comuna la destacan como una de las principales atracciones a partir de la década de 1920 en donde sirvieron como gran inspiración para el tango argentino. Sin lugar a dudas, fue el gran entrenamiento para tertulias y noches largas en aquella ciudad que tanto escondía.
¿Cómo es la vivienda?
El inmueble posee un total de siete ambientes, tres baños, tres dormitorios y un dato no menor, seis cocheras. En las ventas su taza está alrededor de USD 4.500 por metro cuadrado. Con el interior lleno de cerámicas blancas que amplían el espacio aún más, con una escalera caracol celeste, con un bar dentro de la misma casa, un jardín interior y ese estilo llamativo desde el afuera.
En el primer piso se encuentra el dormitorio oficial con una ventana balcón frente, dos vestidores, el baño es suite con una bañadores de mármol antigua y una mesada de madera turquesa con varios cajones anulados y una gran bacha.
En un principio tenía vista limpia y directa al Arroyo Maldonado pero con la modernidad, la construcción de edificios altos y viviendas a su alrededor quedó opacada.
¿Quiénes vivieron allí?
Muchos renombre importantes pero nos quedaremos con el mencionado al principio de esta nota: Natalia Oreiro y Ricardo Mollo. La actriz y cantante uruguaya compró esta casa en el año 1998 en la grabación de Muñeca Brava y vivió en la vivienda hasta que decidió venderla en conjunto con su pareja, el líder de Divididos. Allí la pareja pasó gran parte de su relación y hasta tuvieron a su hijo Merlín Atahualpa en el año 2006.
Durante mucho tiempo estuvo pintada de un color rosa pálido y se la conocía como “la casa rosa del pasaje Santa Rosa” haciendo alusión por donde se encuentra el inmueble. Sin embargo, actualmente su frente se encuentra pintado con grafiteadas de ese estilo urbano que frente a los bares se encuentran de la otra vereda sorprende que sólo ese caballo de colores que hace de custodia quede vivo.